Minutos Musicales

domingo, 15 de noviembre de 2009

Buick Riviera






Con su Riviera, un coche robusto y potente al gusto americano, la marca Buick del grupo GM intento, a principios de los 1960, una incursión en el segmento de lujo. La era de los alerones gigantescos había acabado y la clientela debía acostumbrarse a un nuevo estilo clásico. El Riviera fue el primero de este tipo y desempeño perfectamente su misión.

Hay numerosas anécdotas referentes a Bill Mitchell, el estilista jefe de la compañía americana General Motors en la década de 1950 y 1960. Por ejemplo esta: Lo que necesitamos( había declarado Mitchell en 1958 durante una visita a Londres, donde se veía un Rolls-Royce o un Bentley casi a cada esquina, es un cruce entre un Ferrari y un Rolls-Royce.

Dicho y hecho. Ya en agosto de 1960 el equipo de Mitchell presento con éxito a la dirección de General Motors un modelo de yeso en escala 1:1. El propietario, por su parte, consiguió convencer a los peces gordos de Detroit para que fabricasen un coche de gama superior con un carácter totalmente inédito. Dos años después, en el verano de 1962, apareció lo que la buena escuela americana de marketing bautizo como, modelo del año 1963, es decir, el Riviera.

Los directivos de Detroit decidieron que el nuevo producto fuera comercializado bajo la marca Buick. Esta, ligeramente por abajo de Cadillac en la estructura empresarial de GM, no solo fue distinguida con un nuevo buque insignia, sino que también asumió el papel de precursora estilística para el resto del grupo.

La nueva mezcla de estilos, las aristas afiladas como cuchillos y las curvas discretas hicieron latir inmediatamente el corazón de la clientela de la gama superior. Ya durante el primer año de fabricación se vendieron mas de 40.000 unidades del Riviera.
El Riviera poseía un auténtico encanto, siendo como era un coche americano típico de su época: robusto, potente y conservador. Los ingenieros de Buick asumieron el desafió de situarse en la misma línea (evidentemente la primera) que los Bentley, Aston Martín, Maserati y Jaguar, por lo que estudiaron con sumo cuidado los modelos de la competencia.

Tras un revestimiento del radiador recortado en rectángulos de amplias dimensiones, considerado una evolución del Ferrari 250 GT, latía el corazón del Riviera, un V8 de fundición cuya cilindrada le permitía luchar con las mismas armas contra los refinamientos técnicos de los coches europeos de le época. Los 6,6 litros no solamente proporcionaban una potencia superabundante al V8, sino que también, debido a la escasa carga aplicada a este propulsor, otorgaban una fiabilidad con la que los europeos solo podían soñar.
Este media 5,08 mm de largo, 1,89 mm de ancho y 1,35 mm de alto. Su peso es de 1.800 kg. La velocidad máxima era de 200 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 9 segundos.

4 comentarios:

  1. Precioso el artículo, pero... y esos minutos musicales¿?O_o

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  2. No, en serio xDDD Acabo de VOLVER a verlo y joder, menuda tela...

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  3. Tiene que haber cosas malas en los momentos musicales, para que despues lo demas reluzca por encima ( por muy malo que sea)

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  4. Oh si, los actuales son relucientes en si mismos eh¿? Cuando el cantante pone el mode Elvis: on me mola millones, secsualmente hablando xDDD

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